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   Depto Lengua y Literatura.

Lengua y Literatura

 

Enseñar lengua en el mundo de hoy es un desafío. Capacitar a los alumnos para que sean capaces de interpretar y producir textos adecuados a sus necesidades comunicacionales, no solo es enseñar aquellos contenidos que históricamente conformaron su objeto de enseñanza, sino que también implica considerar a los medios de comunicación y a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).

 Es decir, que al enseñar lengua no sólo enseñamos a leer y a escribir sino que le abrimos al estudiante las puertas del mundo de la cultura letrada, que por extensión incluye también a toda la nueva cultura de estos tiempos, es decir la de Internet, del cine, del video, de los games, etc. Como se sabe, esta tarea no es sencilla pues implica el trabajo con la oralidad, la escritura y la lectura. 

 

1.                 La escritura.

Como se sabe la escritura es tal vez la más tradicional de las partes que componen a la lengua en tanto objeto de enseñanza, ya que ella abarca diversos dominios como la ortografía, la caligrafía y la composición. Para que los alumnos se transformen en competentes escritores, capaces de valorar la escritura como forma de comunicación social, de expresión personal y como medio de organización de las ideas, produciendo textos completos y variados con adecuación a las circunstancias comunicativas, inducimos a nuestros alumnos a producir y  reescribir distintos textos de circulación social atendiendo a sus propósitos y destinatarios, a opinar sobre los escritos de otros, discutir sugerencias de modificación de la propia escritura para decidir sobre su pertinencia y reflexionar sobre los problemas que plantea la producción escrita, teniendo siempre presente que al producir textos siempre hay que hacerlo de acuerdo con las normas de la Lengua Española, es decir con la ortografía y la sintaxis correcta, y cuidando la cohesión y la coherencia textual.

 2.                La lectura.

Como docentes  debemos  enseñar a leer y no sólo textos (si por estos entendemos solo a los libros), sino a leer la multiplicidad de mensajes que recibimos diariamente. Por supuesto que acompañando esto, revalorizamos  el lugar del libro, a lo largo de todas las lecturas que incluyen  las obras canónicas de la literatura universal, española, latinoamericana y argentina en particular, para que los alumnos progresen como lectores y se den cuenta de que un texto literario admite diversos niveles de lectura, desde el simple entretenimiento hasta la representación y confrontación de la propia experiencia.

3.                 La lengua oral y la escucha.

Como se sabe, ninguna sociedad accede a la escritura sin la oralidad. La tradición oral ha dejado un patrimonio muy rico en mitos, leyendas, cuentos populares, etc. Como señalan muchos investigadores, la oralidad de los niños se parece mucho a la oralidad primaria de las culturas no alfabetizadas formalmente. Así trabajar y comprender los problemas de la oralidad primaria nos posibilita estudiar mejor las dificultades de la lengua escrita. Para ello generamos   situaciones de enseñanza en las que promovemos  producciones orales que les permitan adquirir  confianza en sus posibilidades de expresión , despertar el interés por expresar y compartir experiencias, ideas y sentimientos, consolidar  la escucha comprensiva y la producción oral de narraciones ficcionales y no ficcionales y de descripciones y exposiciones, además de la ampliación del vocabulario, siempre respetando las formas básicas de la lengua oral (progresiva corrección en la pronunciación, en las estructuras morfosintácticas, en las estructuras textuales, en el uso del léxico, etc.)”.

   EVENTO  Depto Lengua y Literatura2017

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